Desde muy joven, siempre tuve una gran inquietud y curiosidad por el mundo de la farmacia. Esta pasión me llevó a Barcelona, donde pude formarme y adquirir los conocimientos necesarios para ejercer esta profesión. Sin embargo, la llamada por mi tierra natal era fuerte, y decidí regresar para realizar mis sueños.
Fue el amor por mi profesión y la belleza de la costa vasca la que me trajo al pequeño pueblo de Deba. Aquí encontré el lugar perfecto para establecer mi farmacia, cerca del mar, con el aroma a salitre impregnando el ambiente y rodeada de buenas costumbre.
Mi intención emprendedora y el apoyo de un equipo excepcional han sido el motor que me ha impulsado a llevar adelante este proyecto.
El equipo que he sido capaz de crear es fundamental para el éxito de mi farmacia. Cada miembro aporta sus conocimientos y experiencias, lo que nos permite ofrecer un servicio de calidad a nuestros clientes.
La farmacia no solo es un lugar de trabajo, sino también un espacio de aprendizaje y crecimiento constante.
Cada día, al abrir las puertas de mi farmacia, me encuentro con caras conocidas y nuevas, todas ellas en busca de ayuda y consejo ara cuidar su salud.
Cada persona que cruza el umbral de nuestra farmacia aporta una nueva historia, un nuevo reto. Me encanta escucharlos, entender sus necesidades y poder ofrecerles la mejor solución posible. Cada día es una oportunidad para aprender algo nuevo y mejorar como profesional.
Gracias a mi farmacia en Deba, he encontrado la realización profesional y personal que siempre había buscado. Cada día es un regalo, lleno de momentos enriquecedores y gratificantes que me hacen disfrutar de mi trabajo como farmacéutica y técnica en ortopedia.
La farmacia no solo es un
lugar de trabajo, sino también
un espacio de aprendizaje y
crecimiento constante.

